lunes, 21 de marzo de 2011

una mano por un beso

No se muy bien en que momento de primero o segundo año de la secundaria (1982 o 1983), pero un día de esos dejamos de usar la masculina forma de saludarnos con un apretón de manos para comenzar a hacerlo con la no menos masculina forma de un beso en el cachete. Estoy hablando claro, de una costumbre masculina que entiendo los argentinos utilizamos desde principio de la década del ochenta.
Así como un día las chicas dejaron de jugar a la canasta en el patio de la escuela (una especie de basquet femenino pero con aros sostenidos por un caño y no por un tablero) y nos invadieron el fútbol, nosotros nos aputasamos y saludamos con un beso en el cachete.

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